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WALTER DOCTERS: “45 AÑOS ESPERANDO PARA PODER HACER ESTE RELATO”

En esta oportunidad declararon Walter Docters, quien había iniciado su testimonio en la audiencia del 11 de mayo y Delia Cecilia Giovanola.

Lesa Humanidad.

En el marco del juicio oral y público que investiga los delitos perpetrados en los ex Centros Clandestinos de Detención Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Avellaneda el Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata continuó con las declaraciones testimoniales.

Walter Docters militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y trabajaba en la Policía de la Provincia de Buenos Aires,  fue secuestrado el 20 de septiembre de 1976: “Bajamos del colectivo y cuando estábamos por cruzar la calle paran unos autos y nos meten, me tiran al piso del asiento de atrás, me quitaron el arma y me ataron. Me pusieron los pies encima, hicimos un trayecto que por el tipo de camino interpreté que era el Destacamento de Arana y efectivamente así fue”. En el Pozo de Arana fue interrogado mediante picana eléctrica y también lo sometieron a la práctica de tortura conocida como “submarino”.

Luego de permanecer siete días secuestrado en Arana fue trasladado al Pozo de Banfield donde recibió la visita de su madre, su padre y su hermano: “Del otro lado de la oficina apareció el comisario Etchecolatz, lo miró a mi padre y le dijo,  ahora me vas a  dejar de joder porque está vivo, no dijo más nada”. Luego fue llevado otra vez al Pozo de Arana donde fue torturado nuevamente.

Pasado un tiempo Docters fue trasladado al Pozo de Quilmes donde compartió cautiverio con compañeras: “Además de todos los vejámenes, las mujeres tenían un doble castigo por ser militantes, era un castigo imperdonable, además, por su condición de mujer eran un bien de uso para todos estos asesinos”, narró el sobreviviente.

El testigo explicó que en un determinado momento lo sacaron de la celda y en una oficina le dijeron que iba a pasar a disposición del Poder Ejecutivo Nacional: “En un momento de la tortura, me soltaron la mano derecha y me dijeron ahora vas a tener que firmar algunas cosas y yo decía que no. Me la volvieron a atar y me siguieron picaneando. Después terminé firmando todo, en eso firmé también la renuncia a la policía por falta de sentimiento policial”

Finalmente Walter Docters fue trasladado a la Comisaría de Valentín Alsina, de allí a la Unidad Penitenciaria N° 9 en la ciudad de La Plata y posteriormente a la Cárcel de Caseros. En 1980 fue trasladado nuevamente a la Unidad N° 9 de La Plata, luego a la Cárcel de Devoto y tiempo después le otorgaron la libertad vigilada: “Habían pasado 7 años, cuando salí el mundo ya no era el mismo que yo había dejado”, explicó el testigo.

Su testimonio concluyó de la siguiente manera: “Les agradezco la paciencia y haberme escuchado en esta síntesis, estuve 45 años esperando para poder hacer este relato”.

A continuación el tribunal tomó declaración testimonial a Delia Giovanola, madre de Jorge Oscar Ogando y fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo. “Me siento acompañada por mi nieta Virginia Ogando, que fue una víctima más del genocidio. Estuvo conmigo durante 35 años acompañándome en todo lo que ocurrió desde el  16 de octubre de 1976 hasta que falleció como una víctima más del genocidio”. Virginia Ogando falleció en 2011,  es la hija de Oscar Ogando y Stella Sánchez, quien se encontraba embarazada al momento de su secuestro: “Cuando se llevaron a  Jorge y Stella, dejé el papel de abuela y empecé a ser madre de Virginia”, explicó la testigo. Virginia dedicó su vida a la  búsqueda de su hermano Martín Ogando, quien restituyó su identidad en 2015.

A continuación Delia Giovanola dio cuenta de las circunstancias en las que comenzó la búsqueda de su hijo, su nuera y su nieto: “Se me presentó Adela Atencio, a quien le habían llevado a su hijo, para que la acompañe  al lugar donde se juntaban las madres en Plaza de Mayo”. La testigo explicó que la primera vez que fue a  Plaza de Mayo la recibió Azucena Villaflor con un grupo de Madres: “Ese fue el primero de todos los jueves que se sucedieron. Creíamos que éramos las únicas, pero todos los jueves crecía  el número”, relató.

La testigo continuó su testimonio explicando que al principio eran pocas Abuelas de Plaza de Mayo: “Una de las primeras medidas que hicimos como Abuelas fue avisar al mundo lo que sucedía en Argentina, nos reuníamos en confiterías, casas de familia, y los jueves íbamos con las Madres, seguíamos concurriendo, porque no dejamos de buscar a los hijos para buscar a nuestros nietos”. Delia recordó también la importancia que tuvo la  visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para visibilizar lo que estaba ocurriendo en Argentina: “La cola para hacer las denuncias era larguísima, era eterna”.

Tiempo después de terminada la dictadura Delia Giovanola mantuvo un encuentro con la sobreviviente Alicia Carminati: “Ella me contó que Stella dio a luz a Martín el 12 de diciembre de 1976”, desde ese momento dedicó su vida a la búsqueda de su nieto. La testigo relató al tribunal que el 5 de noviembre de  2015 recibió la noticia de que su nieto Martín había sido recuperado a través de un llamado de Abuelas de Plaza de Mayo. Cuando llegó a la sede de Abuelas empezaron los gritos de quienes allí se encontraban: “Encontramos a Martín, cada nieto que se encuentra en Abuelas es una fiesta” relató la testigo.

Delia Giovanola finalizó su testimonio exigiendo juicio y castigo, ademas agregó: “La búsqueda de mi nieto costó la vida de mi nieta. No merecen estar cumpliendo prisión domiciliaria, que se cumpla el castigo con todos los que aún quedan con vida”

Los hechos que se juzgan

El juicio por los pozos de Banfield y Quilmes unifica una serie de causas, la primera de ellas  elevada a juicio hace ocho años. Se trata de dos de los centros clandestinos de detención más grandes que funcionaron en la Provincia de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar. 


En el caso de El Infierno se investigará la responsabilidad de cuatro policías de la Provincia de Buenos Aires y un civil por los delitos de privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos, hechos incluidos dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad, cometidos en el ex CCDyT “El Infierno” ubicado en Avellaneda.


El Tribunal Oral Federal N 1 de La Plata está conformado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basílico, mientras que por el Ministerio Público Fiscal intervienen Hernán Shapiro, Gonzalo Miranda y Juan Martín Nogueira. 


A través de la Dirección de Querellas por Crímenes de Lesa Humanidad y Leyes Reparatorias de la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Provincia es querellante en este debate en el que se investigará la responsabilidad de los imputados por los delitos de privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos, homicidio calificado, abuso sexual con acceso carnal y sustracción, retención y ocultamiento de menores.  La Dirección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad acompaña a las víctimas y familiares en este juicio.