Breve relato de los hechos

el 13 de mayo de 1975, después de que Carlos y Graciela abrieran el local, ingresaron tres personas vestidas de civil, uno de los hombres les mostró una metralleta. A los minutos, Oscar arribó al local, recordó que vio a su hermano y a su novia junto a dos personas que estaban detrás del mostrador y pensó que se trataba de gente que venía a cobrar impuestos. Carlos refirió que luego los llevaron a su casa que se ubicaba a la vuelta del local sobre calle Humboldt N° 557. Agregaron que allí se encontraba su madre, quien presenció la situación. También comentaron que los hombres que los llevaron robaron cosas del local, revolvieron todo en su casa, los esposaron y subieron a un camión.
Ambos señalaron que durante el trayecto pararon a comprar vendas, les taparon los ojos y los llevaron al “Pozo de Banfield”.
Describieron que ingresaron al centro clandestino por un pasillo y que ellos fueron alojados en una misma celda en el primer piso y a Graciela la colocaron en las celdas de mujeres. Contaron que hacía muchísimo frío y había un olor nauseabundo debido a que los baños estaban tapados.
De sus testimonios surge que, luego de unas horas allí, los hicieron bajar a una especie de garaje donde escuchaban que en la habitación contigua torturaban gente. Mencionaron que en ese espacio fueron golpeados por guardias que pasaban y los amedrentaban diciéndoles que serían los próximos en “pasar a la habitación”,en clara referencia a que serían torturados.
Oscar y Carlos indicaron que, aproximadamente a los 10 días de su cautiverio, apareció su padre en el “Pozo de Banfield” quien luego de una incesante búsqueda dio con ellos.
Ambos destacaron que sus padres presentaron numerosos habeas corpus intentando dar con su paradero y que, incluso, habían recibido llamados en los que les decían que los habían matado.
También se comprobó que el 9 de junio de 1975, los hermanos Geraci fueron trasladados a la Unidad Penitenciaria N° 2 de Sierra Chica, desde la Brigada de Investigaciones de Banfield; que Oscar Ricardo permaneció allí hasta el 10 de diciembre de 1978, cuando salió exiliado hacia Suecia, habiéndose autorizado dicha solicitud mediante Dec. 2.718/78.