Breve relato de los hechos

José Luis D’ Alessio, apodado el Bebe, tenia 29 años de edad. Militaba para Montoneros y se encontraba a cargo de su pequeña hija Malena.
En ese entonces, ya sabia que su vida y la de la menor corrían riesgo y tenia planeado salir del pais, por lo que le pidió a su hermano Alfredo que le retirase dos pasaportes falsos que había conseguido.
Fue así, como la tarde del 28 de enero de 1977, Alfredo D’ Alessio se dirigió al domicilio de la calle Araoz donde la entrega fue pactada, sin saber que había sido entregado y lo esperaba una trampa.
Luego de que su hermano sea cargado en un auto comenzó una suerte de operativo, Alfredo fue trasladado a su lugar de trabajo y los gendarmes secuestraron tambien a su secretaria Mery. Pero, no conformes con ello, se dispusieron a dirigirse al domicilio de este y, de camino, se toparon con José Luis, quien iba conduciendo el auto de su hermano. Rápidamente el Bebe fue reconocido y, tras una maniobra, lograron capturarlo, lo subieron a otro auto y continuaron el viaje.
El conjunto de autos se dirigió en primer lugar a la casa de Alfredo, lugar que fue revisado, y, luego, al departamento de Bertha Yussen. Respecto a la visita al departamento, Alfredo refirió en su testimonio que no se tenia datos del lugar por el grupo de secuestradores pero que allí se encontraba Malena, su sobrina, por lo que cree que su hermano les dio la dirección para poder despedirse de ella.
Del domicilio de Bertha fueron secuestrados el padre de los D’ Alessio, Jorge Campana y su hija, Sofia Yussen y la hija del Bebe. Al grupo de nuevos secuestrados se los llevo conjuntamente con los hermanos D’ Alessio y con Mery a la que se cree era la Comisaria 22. Sin embargo, al día siguiente, su padre, Sofia y las dos menores fueron liberadas.
Por su parte, Mery, Campana y los hermanos permanecieron dos días mas allí y fueron trasladados al CCD de Pozo de Quilmes. El Bebe fue interrogado y torturado brutalmente, a Alfredo D’ Alessio le ofrecieron liberarlo a cambio de la entrega de una suma de dinero, la cual consiguió y le permitió irse de allí.
A Campana y a Mery se los libero conjuntamente pasados unos días. Al día de la fecha se desconoce el paradero de la victima, pero conforme al relato de su hermano le aseguraron que jamás volvería a verlo.