Breve relato de los hechos

En los días posteriores al secuestro de Benjamín Taub, dueño del Hotel y, de su hijo, Luis Guillermo Taub, durante septiembre de 1977, Héctor se encontraba trabajando cuando escuchó que habían entrado al hotel personas de “la Brigada”. Estas personas le dijeron que debía acompañarlos para hacerle unas preguntas. En esas condiciones lo sacaron del hotel, lo subieron a la parte trasera de un vehículo, le vendaron los ojos y emprendieron viaje hasta el centro clandestino conocido como el “Infierno” de Lanús. Allí, fue llevado a una oficina con los ojos vendados en la que lo interrogaban, particularmente, por una máquina de hacer monedas. Luego lo dejaban en un calabozo. Héctor estuvo en el Infierno de Lanús hasta el 1 de noviembre de 1977 que fue liberado desde la Brigada de Investigaciones de Avellaneda.