Breve relato de los hechos
Ha quedado acreditado que Eduardo Mario Chironi, quien al momento de los hechos era militante de la juventud peronista, se presentó el día 13 de diciembre de 1976 alrededor de las 18:00 horas en la delegación de la ciudad de Viedma de la Policía Federal Argentina junto con su hermano Fernando Gustavo Chironi y el doctor Miguel Bermejo, luego de haber tomado conocimiento que lo estaban buscando para detenerlo. En ese mismo momento fue privado ilegítimamente de su libertad. Se lo mantuvo detenido en esa delegación donde se lo interrogó sin aplicarle malos tratos. El 15 de diciembre de 1976 alrededor de las 06:00 horas fue trasladado junto a Jorge Abel, en un Ford Falcon color verde, desde aquella delegación de la Policía Federal hacia el Centro Clandestino de Detención “La Escuelita” ubicado en el Comando del Quinto Cuerpo del Ejército de Bahía Blanca. En el trayecto le vendaron los ojos y lo encapucharon. En ese centro clandestino recibió todo tipo de torturas por parte de personal del Ejército, las que consistieron en sesiones de aplicación de picana eléctrica en una cama elástica sobre su pecho, tetillas, testículos y rodillas, como así también sobre la sien de su cabeza, además de golpes y patadas, todo ello con el fin de obtener datos en relación a dónde guardaba unas supuestas armas que le pertenecían. Como consecuencia de dichos padecimientos, sufrió la fractura de una costilla y, en diversas oportunidades, la cantidad y ferocidad de los ataques físicos y psíquicos recibidos, lo llevaron a perder el conocimiento y delirar. Entre otros abusos de los que fue víctima le fueron arrancadas las uñas. Además, años más tarde le tuvieron que extirpar un testículo como consecuencia de las sesiones de picana que le infringieron en la zona genital. En otra ocasión fue colgado durante cuarenta y ocho (48) horas de un caño sin tocar el suelo lo que le produjo profundos cortes en sus muñecas.
El día 24 de diciembre de ese mismo año fue trasladado y alojado en la Unidad Penal 4 de Villa Floresta. En ese lugar recibió atención médica por los salvajes ataques recibidos. Durante su permanencia en esa unidad fue puesto a disposición del PEN el día 3 de enero de 1977 conforme decreto 1/77. El día 22 de agosto de ese año, Eduardo Chironi fue trasladado al Penal de la ciudad de Rawson, donde permaneció hasta el mes de marzo de 1978 cuando fue puesto en libertad en virtud del dictado del decreto del P.E.N. Nro. 511/78 de fecha 27 de febrero de 1978. A pesar de ello, durante noventa días debió presentarse semanalmente en el distrito militar de Viedma y no podía salir de esa ciudad.
Con posterioridad a su liberación recibió distintas amenazas telefónicas, tenía el teléfono intervenido y vigilancia policial en su domicilio. Además, tuvo serias dificultades para conseguir trabajo durante varios años.
Falleció con fecha 22 de septiembre de 2008 debido a un cáncer pulmonar, afección que surgió y fue desmejorando en los tiempos posteriores a su liberación.