Breve relato de los hechos
Guillermo Enrique Pérez Pavón era un dibujante profesional, profesor de la Escuela de Cerámica de Mar del Plata y estudiante de la carrera de arquitectura en la ciudad de Córdoba en donde militó en un movimiento estudiantil a nivel universitario. De regreso en esta ciudad, pasó a dedicarse junto a su hermano a diseñar marquesinas, letreros luminosos y decoración de locales en su taller ubicado en la Avenida Juan B. Justo nro. 4450. El día 25 de enero de 1977, alrededor de las 10 horas, fue sorprendido en su lugar de trabajo por un grupo de aproximadamente seis personas armadas, algunas de ellas vestidas con ropa de civil y otras con uniformes del Ejército, que expresaron pertenecer a fuerzas de seguridad y que se movilizaban en cuatro vehículos. Allí preguntaron por “Pérez” ante lo cual inmediatamente la víctima se identificó. Luego de ello, y sin exhibirle una orden legal de allanamiento y detención, le hicieron dejar sus documentos y procedieron a llevárselo secuestrado. Fue trasladado a la Comisaría Octava de Batán – estuvo al menos dos días en ese sitio-, junto a Vilma Fernández, Mónica Roldán, Carlos Waitz y Virginia Tempone, donde fue objeto de salvajes y reiteradas torturas mediante la aplicación de la picana eléctrica.
Sus restos fueron identificados por el Equipo de Antropología Forense en una fosa común en el Cementerio de Avellaneda y, oportunamente, entregados a su familia.