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Con el grado de suboficial mayor de la Armada participó del mantenimiento de la privación ilegal de la libertad y los tormentos de su sobrina, Graciela Susana Sebeca, mientras estuvo secuestrada en el centro clandestino que funcionó en el buque ARA San Juan –amarrado en la Base Naval de Puerto Belgrano– para arrancarle información sobre su novio Jorge Mario Tulli, quien continúa desaparecido. La víctima, encapuchada, reconoció la voz de su tío durante un interrogatorio. Tras su liberación intentó visitarlo junto con su padre, que era personal civil de la misma base, pero Conti se negó y les hizo saber que “no recibo subversivas”.