Breve relato de los hechos

el 25 de enero de 1977 Mesa fue secuestrado junto con Muscio, el Sr. Perez, que se encontraban en su negocio, un lavadero y reciclado de trapos.
Comenzaron a escuchar gritos que provenían de la calle y sintieron una ráfaga de ametralladora. Este movimiento fue efectuado por un hombre mulato con acento centroamericano, y se encontraba acompañado por más personas vestidas de civil, las cuales arribaron al galpón a bordo de un Falcon verde. Estas personas ingresaron al galpón y encapucharon a Muscio, al Sr. Pérez y él. A Muscio y a él los subieron en la parte de atrás de su auto, en el cual los captores les apoyaban los pies encima. Al llegar al centro de Moreno ya no pudo seguir el auto por lo que lo dejaron tirado al lado de la ruta 7 y los pasaron a otro rodado, ubicándolos del mismo modo.
En un determinado momento los captores pidieron autorización para entrar con el vehículo a un lugar, transitaron unos metros y los bajaron a un carpa que era similar a las usadas en la instrucción militar pero más larga. Allí permanecieron toda la noche junto a Muscio y a Pérez, notando que había allí una o dos personas más. Al amanecer los sacaron de la carpa, los hicieron correr y les pegaban con bastones mientras les preguntaban a qué organización pertenecían y Muscio relató que, como Mesa tenía problemas de audición le pegaban con mayor frecuencia porque no oía. Recordó en esas circunstancias a unas personas que se apodaban “El Alemán”, “Doc” y “Álamo”, y a un tal “Patón” que era un poco más humano. Luego de ello los pasaron a los tres a un galpón cuyo piso era de tierra, tenía techo de chapa a dos aguas, era grande y alto de unos 5 o 6 metros de altura y los hacían dormir en un colchón de paja. Además había un patio grande donde eran torturados; a Muscio no lo torturaron pero se supo por el testimonio de Muscio, que a Mesa lo picanearon arriba de una chapa mojada.