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TRES TESTIGOS EXIGIERON EL FIN DEL PACTO DE SILENCIO DE LOS GENOCIDAS PARA ENCONTRAR LOS CUERPOS DE TODOS LOS DESAPARECIDOS

En una nueva audiencia de este juicio por crímenes de lesa humanidad declararon tres testigos.

La Plata.

En el marco del juicio oral y público que investiga los delitos perpetrados en los ex Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Avellaneda, el Tribunal Oral Federal Nº1 de La Plata tomó declaración a Mariana Busetto, Ramiro Poce y María Eugenia Santucho.


En primer lugar el tribunal tomó declaración a Mariana Busetto, hija de Juan Carlos Busetto, secuestrado y desaparecido en 1976 en la ciudad de La Plata. La testigo explicó que desde chica comenzó a reconstruir la historia de su padre y que fue en un libro sobre la Noche de los Lápices que leyó el testimonio de Pablo Díaz que lo nombra. Tiempo después Mariana pudo encontrarse con Díaz quien le contó personalmente que había compartido cautiverio con su padre.


Respecto de las circunstancias del secuestro de Osvaldo Busetto, la testigo explicó que fue baleado y llevado al Hospital Naval para ser operado y que luego lo trasladaron al Centro de Detención Tortura y Exterminio Pozo de Arana donde permaneció secuestrado durante una semana. Luego fue trasladado al Pozo de Quilmes y finalmete al Pozo de Banfield donde supo por testimonio de distintos sobrevivientes que estuvo con vida hasta el mes de diciembre de 1976.


Mariana Busetto continuó su testimonio explicando que le costó mucho entender la historia y las decisiones que tomó su padre: “A medida que fui creciendo lo entendí y lo admiré un montón, porque se llevaron a los que eran así y porque dejaron a muy pocos vivos. Hoy siento que tengo todo el recuerdo de los que no están”.  La testigo continuó su relato explicando: “Cuando formamos H.I.J.O.S. también fue una salvación , fue una escalera que empecé a subir y encontrar a compañeros de mi papá, que me contaban hasta como se movia.”


Mariana Busetto finalizó su declaración sosteniendo que los juicios de lesa humanidad son reparadores pero que a la vez los responsables del genocidio siguen teniendo información acerca  de dónde estan los restos de los desaparecidos y los nietos apropiados: “Yo no me quiero morir sin tener los huesos de mi papá, yo lo quiero encontrar, que se dejen de joder”, concluyó.


A continuación declaró Ramiro Poce, quien en esta oportunidad lo hizo en relación a los casos de su tío, Julio Poce y su tía, Graciela Pernas, ya que hace una década tuvo la oportunidad de declarar por el caso de su padre, quien continúa desaparecido.


El testigo comenzó su relato explicando que lo que va a  aportar a este juicio es en buena medida lo que pudo reconstruir su abuelo Julio Poce: “Mi tío y mi tía fueron al Colegio Nacional de La Plata, empezaron a militar en el GUS, Grupo Universitario Socialista y luego ingresa la OCPO, eran de tipo marxista pero también se nutrían de muchas lecturas y organizaban actividades con el ERP y Montoneros”.  La joven pareja se casó el 22 de marzo de 1976 y se mudó  al barrio porteño de Flores por cuestiones de seguridad, donde vivieron hasta que fueron secuestrados en octubre de 1976. Julio Poce y Gracielas Pernas permanecieron secuestrados en el CCD Puente 12 y en el Pozo de Banfield e integran la lista de los 30.000 desaparecidos y desaparecidas. 


Ramiro Poce explicó que su famila no ha recuperado ninguno de los cuerpos de sus desaparecidos y agregó: “Este juicio tiene un valor, pero lamentablemente también llega tarde. Todo este trabajo es un trabajo de reconstrucción. Los hijos nos pasamos la vida reconstruyendo las historias”.


Finalmente fue el turno de la sobreviviente María Eugenia Santucho, quien comenzó su testimonio explicando que los hechos ocurrieron cuando ella tenía 15 años. La testigo explicó al tribunal cómo fueron las circuntancias en las que fue secuestrada junto a sus hermanas y su madre: “Golpean la puerta, un señor entra y apunta con un arma, comenzaron a  entrar por la ventana y en segundos había 10 personas. Empezaron a los gritos, fue una violencia muy grande”. María Eugenia,  continuó su testimonio explicando que luego fue trasladada junto a sus hermanas y que después de pasar la noche en un lugar en el que fue sometida a golpes y vejámenes, las alojaron en lo que reconoce como el Pozo de Banfield: “Y ahí comienza la segunda parte del vía crusis del terror, supe que muchos habían sido terriblemente torturados”, concluyó.


Respecto de la forma de actuar de sus secuestradores la sobreviviente explicó: “Recuerdo la sensación que era un engranaje muy bien organizado, entre los que te secuestraban y luego te torturaban, luego te trasladaban y recibían. Estaba tan bien diseñado y te producía angustia porque  daba la sensación que eso no se podía desarmar”. Finalmete, luego de ser liberada, la testigo partió hacia el exilio: “En diciembre del 76 pudimos salir gracias a la sostenida petición del gobierno cubano”.


Finalmente, María Eugenia Santucho explicó que la sobrevida es muy dura, genera compromisos y cosas que son muy duras y que también hay cosas que son un hermoso acompañamiento: “Agradezco mucho poder dar este testimonio, porque me hace mas digna, que va mas allá del pacto de silencio de los genocidas, ellos se quedaron con los cuerpos. Yo sigo esperando los huesitos, pero mientras llegan, quiero seguir pidiendo verdad y justicia” 

Los hechos que se juzgan
El juicio por los pozos de Banfield y Quilmes unifica una serie de causas, la primera de ellas  elevada a juicio hace ocho años. Se trata de dos de los centros clandestinos de detención más grandes que funcionaron en la Provincia de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar. 


En el caso de El Infierno  se investigará la responsabilidad de cuatro policías de la Provincia de Buenos Aires y un civil por los delitos de privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos, hechos incluidos dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad, cometidos en el ex CCDyT “El Infierno” ubicado en Avellaneda.


El Tribunal Oral Federal N 1 de La Plata está conformado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basílico, mientras que por el Ministerio Público Fiscal intervienen Hernán Shapiro, Gonzalo Miranda y Juan Martín Nogueira. 


A través de la Dirección de Querellas por Crímenes de Lesa Humanidad y Leyes Reparatorias de la Subsecretaría de Derechos Humanos,  la Provincia es querellante en este debate en el que se investigará la responsabilidad de los imputados por los delitos de privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos, homicidio calificado, abuso sexual con acceso carnal y sustracción, retención y ocultamiento de menores.  La Dirección de Grupos en Situción de Vulnerabilidad acompana a las víctimas y familiares en este juicio.


Seguí las audiencias de este juicio por crímenes de lesa humanidad los días martes a las 10:00 horas en: http://www.laretaguardia.com.ar/