En esta audiencia el Tribunal Oral Federal N°2 de San Martín tomó declaración a dos testigos.
Lesa Humanidad
En el marco del debate oral y público que investiga los crímenes perpetrados en el Aeródromo del Batallón de Aviación 601 de Campo de Mayo, el Tribunal Oral Federal N°2 de San Martín tomó declaración testimonial a José Aguilar y Félix Eduardo Bravo.
En primer lugar prestó testimonio José Aguilar, quien en 1978 cumplía funciones como encargado en un puesto en Las Toninas. El testigo explicó que fue el Delegado Municipal quien le informó que habían aparecido cuerpos en la playa: “Eran cadáveres en estado de descomposición que los trajo el mar. Pienso que los trajo el mismo mar porque a veces la fuerza de la mar los trae a la costa. Eran huesos en estado de descomposición. No sabía si era uno o dos cadáveres. Tengo la presunción que eran dos”.
El testigo agregó que consideraba que esos cuerpos habían sido llevados a General Lavalle en un camión de la Delegación Municipal de Las Toninas: “El camión que cargó los cuerpos, generalmente tenía el mismo chofer. Lo usaban para sacar arena y escombros”. José Aguilar finalizó su declaración afirmando: “No se si había vinculación con las fuerzas armadas en la comisaría de Santa Teresita, yo pienso que tenía que tener alguna cierta relación”.
A contuación el tribunal tomó declaración a Félix Eduardo Bravo, quien realizó el Servicio Militar Obligatorio en Campo de Mayo entre 1977 y 1978. El ex conscripto explicó que prestaba servicios como señalero en la torre de control del Aeródromo del Batallón de Aviación 601 y detalló: “Una vez nos llevó un suboficial mayor a un monte, estando ahí entró un avión, atrás vino un celular y vimos cómo desde el celular bajaban cuerpos. Los cargaban al avión con forma como el hércules pero de la mitad de tamaño, le decíamos herculito o algo parecido” .
El testigo dio cuenta de que en una oportunidad vio a un detenido que se encontraba de pie, atado y vendado atrás de un avión en la pista de aterrizaje y agregó: “Vi bastante, lo vi cuando estaba de guardia. Venían rápido y sino levantábamos la barrera se tiraban todos. A veces en una semana se hacían dos o tres vuelos”. Respecto a la cantidad de cuerpos que se subían a los aviones explicó que se trataba de 10 o 12, que no podía precisar si se encontraban con o sin vida pero si que quienes los cargaban en los aviones eran militares.
Bravo explicó a continuación que la mayoría de los vuelos tenían como destino la zona de Punta Indio: “Los pilotos venían a pedir el plan de vuelo y esos cuerpos no volvían dentro del avión. Se comentaba que los arrojaban al mar”. El testigo finalizó su declaración explicando que los vuelos no eran registrados y que “Eran dos personas los que los cargaban y después los del celular iban hasta puerta cuatro y los entregaban a la policía . El color de los celulares era gris, por lo que vi eran de la policía, siempre venía gente del ejército manejando y acompañando”, concluyó.
Los hechos que se juzgan
El Aeródromo del Batallón de Aviación 601 de Campo de Mayo fue uno de los lugares en los que se gestó el último eslabón del circuito represivo desplegado por las fuerzas armadas y de seguridad entre 1976 y 1983.
De la mayoría de las declaraciones incorporadas al expediente surge que los detenidos eran ingresados al predio en vehículos no oficiales, conducidos por personas vestidas de civil que se dirigían directamente a la cabecera de la pista de aterrizaje donde los esperaban aviones estacionados. Los testigos relataron que esos vehículos trasladaban bolsas con cadáveres y jóvenes ensangrentados con indicios de haber sido sometidos a largos cautiverios.
El debate oral por estos crímenes comenzó el 5 de octubre pasado ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de San Martín y puede presenciarse a través de la cuenta de Twitter del tribunal (@TribOralFed2SM).