En la audiencia 49 del juicio de lesa humanidad que investiga los hechos perpetrados en dos centros clandestinos de detención que funcionaron en la ciudad de La Plata prestaron testimonio Patricia Bernardi y Anahí Ginarte.
Audiencia 49 del juicio de lesa humanidad
El Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, integrado por Karina Yabor, Ricardo Basílico y Andrés Basso avanzó este jueves 29 de noviembre con la etapa testimonial del juicio que investiga los hechos de lesa humanidad ocurridos en dos de los CCDTyE que funcionaron en la Plata: el Cuerpo de Caballería ubicado en calle 1 y 60 y en la Comisaría 8° de calle 7 y 74.
El primer testimonio fue de la antropóloga forense, Patricia Bernardi, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y una de las fundadoras del prestigioso Equipo.
Bernardi es experta en la aplicación de las técnicas de la arqueología y antropología biológica para la realización de exhumaciones de personas inhumadas como NN durante la última dictadura militar en nuestro país y hace más de tres décadas contribuye en la devolución de la identidad a cientos de víctimas en distintas partes del mundo ya que es consultora en distintas organizaciones internacionales y de instituciones intergubernamentales.
Fue en 1984 que Patricia junto a un grupo de cinco compañeros fundaron el EAAF como organización científica no gubernamental y sin fines de lucro, que conjugó las técnicas de la antropología biológica, la arqueología, la informática y la genética para investigar casos de personas desaparecidas o asesinadas como consecuencia de procesos de violencia política en todo el mundo.
De este modo, Patricia compartió un power point donde se pudo ver con detalle las etapas del trabajo que realiza el Equipo, los objetivos, tareas, la diversidad de actores quiénes los convocan y desde qué naciones, y específicamente una descripción del contexto donde fueron hallados los restos de las personas por las cuales el tribunal la llamó a declarar.
“Ana Teresa Diego se exhumó del cementerio de Avellaneda. Para que tengan una idea del contexto de lo que sucedió en el sector 134 del cementerio de Avellaneda, voy a decir que el primer acercamiento que tuvimos fue en 1986 cuando la cámara Federal frente a una denuncia de que posiblemente en ese sector se encontraban los restos de Rafael Perrota, el periodista del Diario de La opinión. Nos llamaron y nos convocaron para que hiciéramos el trabajo. Indudablemente no había un trabajo de investigación previo y cuando llegamos al lugar, pasadas las dos primeras horas, nos dimos cuenta que no era una fosa individual como la cámara Federal nos había presentado sino que se trataba de una fosa común. Por lo cual decidimos parar el trabajo y escribimos nuestro informe diciendo que se necesitaba una infraestructura mucho mayor. En 1987, la mamá de María Teresa Cerviño, Matilde Cerviño nos nombra como peritos en la causa 49614 caratulada Cerviño María Teresa, víctima de homicidio en el juzgado penal 6. A partir de ese momento comenzamos a trabajar como peritos y el acceso a toda la información que había en esa causa. El trabajo se inició en 1988 y finalizó en 1992 y actualmente sigue también el proceso de identificación”, relató Patricia.
“Lo que obtuvimos en esa investigación que nos llevó un año es que no se trabajaron en fosas individuales, sino que se trataba de fosas comunes que eran cavadas por personal del cementerio, indudablemente obligados por personal policía; que muchas de esas fosas comunes fueron reutilizadas. El número de personas ingresadas en el libro de cementerio nos daba un número aproximado de 245 personas, que ingresaron como NN y eso nos daba una idea del universo con el cual nos íbamos a encontrar. En cuanto a las irregularidades que observábamos, en particular fue en el libro del cementerio, donde en muchos casos no estaba registrado la fecha de muerte de la persona y eso ocasionó bastantes problemas en el momento de elaborar hipótesis en cuanto a la identificación”, siguió.
Luego de cuatro años el EAAF determinó que en el lugar había 19 fosas comunes y 18 fosas individuales y hasta el momento se han identificado 17 de los 336 esqueletos que se exhumaron. Y de esos 336 hay un 25% de esqueletos que no son de interés forense, esto es, que se tratan de individuos adultos que no tienen lesión y que en el momento en que fueron recuperados de la fosa tenían vestimenta y no presentaban signos de daños o evidencias balísticas, por lo cual se trata de personas que han fallecido en la calle y sin tener familia fueron enterrados también en este sector.
Luego relató que se mandaron piezas odontológicas y fragmentos de huesos largos para al laboratorio de genética que está en la provincia de eh de Córdoba, para copararlos con la sangre de los familiares de referencia. Hasta el momento el equipo tiene 11680 perfiles de familiares de referencia que corresponden a 6210 desaparecidos.
O sea que cuando ingresa ese perfil genético del hueso automáticamente se compara con toda la base de familiares. Y fue así que dieron con los restos de Ana Teresa Diego, secuestrada el 30 de septiembre de 1976 y por la cual Patricia fue citada a declarar.
Ana Teresa Diego fue secuestrada por un grupo de personas armadas el 30 de septiembre de 1976 cerca de las 13 horas, en las inmediaciones del Museo de Ciencias Naturales de la ciudad de La Plata. Estaba con Carlos Gregorio Schultz, también víctima de esta causa, y fueron encapucharon e introducidos en la parte trasera de un vehículo.
Luego se supo que Ana estuvo en el centro clandestino de detención que funcionó en el Destacamento de Arana, donde fue interrogada respecto de su militancia política y torturada con picana eléctrica.
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En segundo lugar prestó testimonio Anahí Ginarte, quien trabajó en el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) desde 1990 a 2017, es licenciada en Antopología, egresada de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP y actualmente trabaja en el Instituto de Medicina Forense del Poder Judicial de la provincia de Córdoba.
Anahí fue citada para brindar información sobre lo investigado por el EAAF en octubre de 1999 a pedido de la Cámara de Federal de Apelaciones de la ciudad de La Plata. En esa oportunidad se exhumaron tres esqueletos no identificados en ese momento, y que eran Elena Arce Sahores, Margarita Delgado Guaquel y Nora Livia Formiga Sosa.
Tanto Elena Arce Sahores como Nora Formiga, fueron secuestradas el día 22 de noviembre de 1977 cuando estaban en su casa ubicada en calle 54 N° 1271 de la ciudad de La Plata, y entró una patota de civil fuertemente armadas. Fueron trasladarlas al centro clandestino de detención La Cacha y 11 de enero de 1978 fueron llevadas a la Comisaría Octava. Luego se probó que ambas fueron sometidas a torturas durante su permanencia en La Cacha.
Margarita Delgado Guaquel tenía 25 años, estaba casada con Horacio Bau, tenían dos hijas pequeñas que luego fueron localizadas y restituidas en 1985, y ambos militaban en Montoneros. La pareja fue secuestrada el 27 de noviembre de 1977 en su domicilio en la intersección de las calles 25 de mayo y Venezuela de la localidad de Ensenada, y ambos desaparecidos.
Elena Arce Sahores se desempeñaba como profesional de la salud en el Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y militaba en la Juventud Universitaria Peronista.
Nora Formiga también militaba en la JUP y Montoneros y era docente de la Cruz Roja de la ciudad de La Plata.
La próxima audiencia quedó programada para el jueves 19 de de diciembre a las 9.30 hs donde declararán la experta del EAAF Mercedes Salado Puerto.