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PABLO DÍAZ: “EL CRIMEN DE LESA HUMANIDAD ES EL PEOR CRIMEN EN EL MUNDO”

En esta oportunidad declaró un sobreviviente de la Noche de los Lápices.  

Lesa Humanidad

En el marco del juicio oral y público que investiga los delitos perpetrados en los ex Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Avellaneda, el Tribunal Oral Federal Nº1 de La Plata continuó con las audiencias testimoniales.


En una extensa declaración Pablo Díaz, sobreviviente de la Noche de los Lápices, detalló pormenorizadamente las circunstancias en las que fue secuestrado y su posterior recorrido por distintos Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio.


Su declaración comenzó de la siguiente manera: “Hace 37 años que di el primer testimonio en relación a lo que hoy voy a ratificar acá”, desde aquel momento el testigo esperó este juicio y declaró en cada una de las instancias que le fueron solicitadas antes de esta audiencia. Pablo Díaz explicó que ha recordado los nombres de quienes estuvieron secuestrados con él, y que lamentaba que muchos de ellos no hayan sobrevivido.


A continuación el testigo dio cuenta de las circunstancias en las que fue secuestrado: “esa noche, cerca de las cuatro de la mañana, estacionaron en tres autos en la puerta de mi casa, se trataba de un grupo de tareas dependiente de distintas fuerzas de seguridad”. Intentaron abrir el portón y como no pudieron hacerlo comenzaron a tocar timbre: “Yo entendí rápidamente de lo que sucedía por los hechos que venían ocurriendo en la Ciudad de La Plata”, recordó que en el año 1975 había sido secuestrado y asesinado Patulo Rave.


Luego de su secuestro, Pablo Díaz fue trasladado a una vieja casona que pertenecía a la Estancia La Armonía, lugar en el que actualmente se encuentra el Regimiento XII de Infantería en la localidad de Arana y aclaró que el lugar fue dinamitado antes de la llegada de la democracia en 1983. “Me bajaron y me dejaron contra una pared más de 24 horas, cuando las piernas se me aflojaban pasaban y me pegaban”, explicó el testigo.


A continuación explicó que lo llevaron a una habitación, lo pusieron en un catre, lo desnudaron y que comenzaron a interrogarlo sobre su participación en los movimientos secundarios: “cuando les decía que no había tenido participación enseguida me daban corriente eléctrica por todas partes del cuerpo, cuando no aguantaba más gritaba, pero los torturadores no se detenían” explicó. Pocos días después de esa sesión de tortura Pablo Díaz fue sometido a un simulacro de fusilamiento, recordó que cuando eran llevados al paredón los más chicos pedían por sus madres y que cuando sintieron los disparos escuchó a un compañero decir “Viva Montoneros”.


El testigo continuó explicando que luego fue trasladado en un colectivo con un grupo de 20 a 30 personas: “Luego de un prolongado andar siento que se abre un portón, nos empiezan a bajar y nos suben a un tercer piso, yo estaba muy deteriorado”, mucho tiempo después supo que se trataba del Pozo de Banfield. También explicó al tribunal que en dicho centro clandestino había muchos adolescentes y embarazadas en estado avanzado: “Yo fui testigo de dos nacimientos en el pozo”, también dio cuenta de que  pudo reconocer al médico Antonio Bergés quien se ocupaba específicamente de las embarazadas.


Luego del período que Pablo Díaz pasó secuestrado en Banfield fue trasladado al Pozo de Quilmes  y fue allí que se enteró de que antes había estado en Arana y en Banfield. Un mes después es trasladado a la comisaría 3ra de Valentín Alsina: “Me acuerdo que no nos querían recibir por el pésimo estado en el que estábamos”, explicó el testigo. Unas horas más tarde fue trasladado a la Unidad Carcelaria Nro 9 de La Plata y finalmente liberado en 1980.


En su declaración el testigo explicó al tribunal que cuando en sus anteriores testimonios contaba que una de las detenidas, que se encuentra desaparecida, le contó que había  sido violada, nadie se detuvo a preguntarle sobre ese delito: “Recién hace dos años, dos fiscales me pidieron que diga si había tenido abusos”. Destacó de esta manera que tuvieron que pasar muchos años para que alguien se interesara por los delitos sexuales, a pesar que de él lo mencionó en todas sus declaraciones anteriores.


Antes de finalizar su testimonio, Pablo Díaz leyó al tribunal una lista en la que identificó con nombre, apellido y funciones a una veintena de represores que vio en los distintos Centros Clandestinos de Detención en los que estuvo secuestrado. Su valioso testimonio culminó con la siguiente afirmación: “El crimen de lesa humanidad es el peor crimen en el mundo”.

Los hechos que se juzgan
El juicio por los pozos de Banfield y Quilmes unifica una serie de causas, la primera de ellas  elevada a juicio hace ocho años. Se trata de dos de los centros clandestinos de detención más grandes que funcionaron en la Provincia de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar. 


En el caso de El Infierno  se investigará la responsabilidad de cuatro policías de la Provincia de Buenos Aires y un civil por los delitos de privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos, hechos incluidos dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad, cometidos en el ex CCDyT “El Infierno” ubicado en Avellaneda.
El Tribunal Oral Federal N 1 de La Plata está conformado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basílico, mientras que por el Ministerio Público Fiscal intervienen Gonzalo Miranda y Ana Oberlin. 


A través de la Dirección de Querellas por Crímenes de Lesa Humanidad y Leyes Reparatorias de la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Provincia es querellante en este debate en el que se investigará la responsabilidad de los imputados por los delitos de privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos, homicidio calificado, abuso sexual con acceso carnal y sustracción, retención y ocultamiento de menores.  La Dirección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad acompaña a las víctimas y familiares en este juicio.