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DECLARÓ MIRIAM IGLESIAS: “PARA QUE LAS NUEVAS GENERACIONES SEPAN; Y POR LOS 30 MIL QUE NO ESTÁN”

El pasado viernes 24 de junio se realizó la décima audiencia del Juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura-cívico militar en la región centro de la provincia de Buenos Aires.

Juicio la Huerta-Tandil, Olavarría y Azul.

Se pudieron escuchar tres nuevos testimonios y el central fue de la historiadora, investigadora y docente de la facultad de ciencias Humanas de la UNICEN, Miriam Iglesias, que relató las circunstancias en las que fue detenida el 20 de diciembre cuando estudiaba en la casa de su amiga Estela Spinelli, ambas estudiantes de segundo año de la carrera de historia en la Universidad del Centro.

Permaneció detenida-desaparecida durante varios días, sometida a interrogatorios y torturas, le preguntaron por sus estudios, militancia y las reuniones que mantenía con sus amistades, hasta que fue liberada a pocas cuadras de su domicilio.

Miriam es militante social y política y desde los 15 años forma parte del Partido Justicialista. Por la clase de preguntas que le hicieron y con datos de su vida privada, se dio cuenta que la había seguido durante meses antes de la detención. Para proteger a sus compañeros y compañeras tomó la estrategia de “hablar y decir poco”.

A su vez aseguró que hoy se siente orgullosa de cómo manejó esa situación extrema. En el ultimo interrogatorio, ante la posibilidad de nuevas torturas e interrogaciones, les dijo: “No tengo nada más para decir, si tiene que dar una orden, diga que me maten, como peronista”. Esa noche la liberaron. Sus familiares la habían buscado junto a sus compañeros de la Facultad, habían realizado distintas averiguaciones y hablado con sacerdotes y empresarios y lograron la información que llegaría a su casa. A cambio sus padres habían prometido el silencio y ella lo guardó.

Muchos años después, con el acompañamiento de Petra Marzocca y María del Carmen Silva, pudo realizar la denuncia frente al Juez Comparato, en Azul. Así, Miriam celebró la realización de este juicio, tardío, en el que finalmente pudo testimoniar “para que las nuevas generaciones sepan, y por los 30mil que no están”.

A su vez, Miriam estuvo presente en la inspección ocular que se realizó el pasado 5 de mayo en el CCDyE “La Huerta”. Durante su cautiverio pudo identificar que las paredes del lugar eran “planchones” similares al material constructivo de la casa en la “La Huerta”, pero no puede asegurar que ese sea el lugar de su cautiverio, lo cual para ella se ha convertido en un “vacío”.

Unos treinta pibes y pibas estudiantes de 6° año de la secundaria pudieron vivenciar la audiencia retrasmitida en el Aula Magna de la Unicen. 

Las próximas audiencias están previstas para el 8 y 15 de julio. Este primer tramo, antes de la feria judicial de invierno, contará 12 jornadas de debate y al menos 30 testimonios contundentes que describen claramente cómo funcionó el circuito del horror desplegado por el terrorismo de estado en nuestras ciudades.

Las declaraciones desnudan las complicidades civiles, empresariales, eclesiásticas, y queda claro también los objetivos económicos y sociales del plan represivo sistemático. Trabajadores, estudiantes, militantes, gremialistas, reprimir el reclamo, acallar ideales, imponer silencio, demonizar la política.

Los relatos de familiares, hijos e hijas de las víctimas, señalan las marcas, las heridas, hasta dónde y cuándo se extiende el daño causado. Pero también se ha emergido el aspecto reparador que yace en la posibilidad de ser escuchados, el pedido de justicia, por la memoria y para construir una verdad que nos impida repetir la nefasta historia.

Nota realizada por Soledad Restivo (Agencia Comunica / RU 90.1/ UNICEN) en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)