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TESTIMONIO DE PABLO ALEJANDRO VERNA, HIJO DE UN MÉDICO QUE APLICABA ANESTESIA A LAS VÍCTIMAS: “MI PADRE LE DIJO A MI HERMANA QUE NO SE ARREPENTÍA DE NADA”

En esta oportunidad el Tribunal Criminal Federal N° 2 de San Martín tomó declaración testimonial a tres testigos.

Vuelos de la Muerte

En el marco del debate oral y público que investiga los crímenes perpetrados en el  Aeródromo del Batallón de Aviación 601 de Campo de Mayo, el Tribunal Oral Federal N°2 de San Martín tomó declaración testimonial  a Domingo Fortunato Ferraro, Miguel Angel Alverti y Pablo Alejandro Verna.


En primer lugar el tribunal tomó declaración a Domingo Fortunato Ferraro, el testigo dio cuenta de las circunstancias en las que fue secuestrado en su domicilio en 1976 a los 17 años de edad: “Escucho que me golpean la puerta y dicen policía. Luego escucho que fuerzan la primera puerta y entran con armas, me llevan a un Falcon pero antes de subirme me ponen media pelota de goma en la cabeza”. A continuación el sobreviviente explicó que luego fue trasladado a un lugar en el que fue sometido a sesiones de tortura: “Me sacan la ropa me colocan en una cama metálica, me empieza a picanear, me preguntan nombre de guerra y para quien trabajaba. Primero me mojaron y me pusieron unos trapos. Yo les dije que no conocía a nadie con nombre de guerra”. 


El testigo continuó su declaración explicando que luego fue trasladado en el baúl de un vehículo Ford Falcon a un galpón en el que le pusieron grilletes en las piernas y le asignaron el número 20: “Había mujeres embarazadas. Había hombres y mujeres, yo pienso que había veinte o más personas. Para comer nos daban un jarrito con un caldo. Teníamos que comer sin levantarnos la capucha. Una noche tuve una pesadilla y cuando me despierto me saco la bolsa y veo al guardia o centinela, no sé qué era. Tenía un uniforme de fajina verde, me dio tantos golpes que no tuve oportunidad de reconocerlo”.


Ferraro reconoció el lugar donde permaneció secuestrado como Campo de Mayo por las fotografías y la maqueta que le mostraron tiempo después. Finalmente el testigo explicó al tribunal cómo fue puesto en libertad el 9 de noviembre de 1976: “Me llaman por mi número, salgo del galpón, no me ponen esposas ni nada, me ponen en la parte de atrás del auto. Me llevaron y me dejan por barrio Saavedra y avenida Del Tejar”. El testigo finalizó su testimonio dando cuenta de que cuando se reincorporó al colegio se enteró de que Rosace y Acrecimbeni, víctimas en este juicio, se encontraban desaparecidos. 


A continuación declaró MIguel Ángel Alberti, quien fue compañero de la misma división de las víctimas Rosace y Acrecimbeni en el Colegio ENET N° 2 de San Martín: “Era de noche y veo que en la esquina dos personas lo estaban levantando del piso a Acrecimbeni y le pregunto si estaba bien, qué pasaba y dijo no sé, no sé. La otra persona me dice que me vaya o me llevaban a mi también”. 


El testigo explicó que luego a Acrecimbeni se lo llevaron en un Peugeot 504 celeste: “El coche sale por Ruta 8 para el lado contrario de capital, en dirección contraria a la Gral. Paz”. Alberti testificó que luego fue junto al profesor Rosito a realizar la denuncia a la comisaría que se encuentra en las cercanías del colegio y que desconoce si la denuncia  fue tomada ya que el que hablo con los oficiales fue el profesor: “No recuerdo exactamente el día pero estimo que pudo haber sido el 11 de noviembre de 1976”, explicó.


Finalmente el tribunal tomó declaración a Pablo Alejandro Verna, el testigo comenzó su declaración de la siguiente manera: “En el año 2013, recibo un llamado telefónico de mi hermana que me dice que mi mamá le había contado que mi papá había participado en la dictadura del secuestro de personas y que él había inyectado a personas para luego ser tirados al mar”. El testigo explicó que en una charla posterior su hermana le  dice que él (en relación a su padre) tuvo que inyectar a una familia entera, que el rol del médico era inyectar: “Decían que a todos los médicos los rotaban y todos tenían que hacerlo, una semana iban unos, otras semanas otros”.


Verna continuó su testionio dando cuenta de que por lo que supo: “En los secuestros de personas lo que ocurría era que iban a bares y confiterías a donde iban los subversivos, como ellos los llamaban. Que iba personal de inteligencia por si pasaba algo y mi padre estaba en un vehículo esperando”. El testigo explicó también que: “En relación a los vuelos, anestesiaban a las personas antes de subirlos a los aviones. Años anteriores él contó en alguna oportunidad, en referencia a los vuelos de la muerte, que recibieron órdenes de hacerlos a más kilómetros de la costa porque habían aparecido cuerpos en una playa”.


Finalmente el testigo explicó que su madre le contó que su padre iba siempre vestido de una manera diferente para no ser tan identificable: “A todos les tocaba durante 2 o 3 meses a cumplir con esas tareas. Para participar de secuestros y a colocar inyecciones. Que estaban detenidos en lugares ocultos de Campo de Mayo y en casas  quinta alquiladas a las que también llevaban a detenidos”. El testimonio de Pablo Alejandro Verna concluyó de la siguiente manera: “Mi padre  le dijo a mi hermana que no se arrepentía de nada. Él piensa que esta bien todo lo que hicieron”. 

Los hechos que se juzgan
El  Aeródromo del Batallón de Aviación 601 de Campo de Mayo fue uno de los lugares en los que se gestó el último eslabón del circuito represivo desplegado por las fuerzas armadas y de seguridad entre 1976 y 1983.


De la mayoría de las declaraciones incorporadas al expediente surge que los detenidos eran ingresados al predio en vehículos no oficiales, conducidos por personas vestidas de civil que se dirigían directamente a la cabecera de la pista de aterrizaje donde los esperaban aviones estacionados. Los testigos relataron que esos vehículos trasladaban bolsas con cadáveres y jóvenes ensangrentados con indicios de haber sido sometidos a largos cautiverios.


El debate oral por estos crímenes comenzó el 5 de octubre pasado ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de San Martín y puede presenciarse a través de la cuenta de Twitter del tribunal (@TribOralFed2SM).