A 100 días de haber iniciado el juicio Mega Causa Zona V, en la decimocuarta audiencia, se escucharon las declaraciones de un ex soldado, de dos sobrevivientes y dos familiares de víctimas.
Megacausa Zona V – Bahía Blanca
En una nueva jornada del octavo juicio de lesa humanidad que se desarrolla desde el 17 de febrero en Bahía Blanca, declaró Susana Ester Barile, esposa del fallecido Raúl Vicente Celave, quien fue secuestrado el 20 de julio de 1976 en su departamento. En ese entonces, cuando llegaron soldados con armas largas, estaba junto a su hija de 7 meses y la niñera.
Barile comentó que su esposo “había perdido el documento, hizo la denuncia en la comisaría y como el DNI apareció en otro lugar, lo vinieron a buscar. Se lo llevaron en un camión y por siete u ocho días no supe nada de él. Estuvo en el Regimiento 5 de Infantería, en un calabozo: no le dieron de comer, lo torturaron, lo quemaron con colillas de cigarrillo, le pusieron la picana. Cuando salió, le devolvieron el documento. Había adelgazado 10 kilos y le quedaron secuelas”.
Y agregó: “Mi marido me contó que pocas veces le sacaron la capucha. Por la voz, reconoció a Alberto Gutiérrez, panadero de Dorrego que se vino a Bahía Blanca como nosotros y vivía en el mismo edificio. También reconoció a José Partnoy”, víctima en esta Mega Causa.
Por su parte, Silvina Eliana Celave, hija de Raúl, que tenía 7 meses y estaba con la niñera cuando secuestraron a su padre, declaró: “Mi papá tardó muchísimo tiempo en ponerle palabras a lo que le pasó. Un día, época que yo iba al secundario, al horario de la siesta, se tomó su tiempo para contarnos lo que le había ocurrido.Entre otras cosas, dijo que escuchaba violaciones a mujeres”.
“Después del secuestro, tenía alteraciones del sueño, no tuvo atención psicológica. Fue una persona cada vez más cerrada y cada vez más intolerante. Bastante anti social, le costaba vincularse con otras personas, era muy nostálgico, tenía adicción al alcohol, se quedaba por la noche horas y horas bebiendo”, comentó Silvina, que también, a pesar de su corta edad al momento de los hechos, sufrió secuelas. “Tengo sensaciones de explosiones. No puedo caminar cerca de las casas porque creo que van a explotar. Camino cerca de la calle”, declaró.
Secuestrados en Viedma
Emilio René León y Raúl Ernesto Torres eran empleados del Canal 2 de televisión de Viedma y fueron secuestrados en junio de 1976. Declararon de manera presencial en la decimocuarta audiencia con el acompañamiento de las licenciadas Ma. Eugenia Cattaneo y Adriana Battiston, trabajadoras del Archivo Provincial de la Memoria y de la Asociación de Familiares y Víctimas del Terrorismo de Estado de Río Negro.
Al momento de su secuestro León era operador y camarógrafo: “Una hora antes de la televisación, había que transmitir señales de ajuste. Vino la policía provincial a detenernos por la denuncia de alguien sobre emisiones de algunas imágenes prohibidas. Preguntaron quiénes trabajaban en el canal. Yo estaba con Raúl Torres; Baravino y Salazar eran los dueños del canal. Los cuatro fuimos detenidos y trasladados al Comando en Bahía Blanca, detalló.
Sobre los días de encierro, León expresó que “el trato era soberbio, no había mensura en lo que decía el personal militar: ‘si supieran lo que les va a pasar’, repetían. Una vez por día, a veces dos, nos interrogaban de manera individual en una sala fría, había uno adelante y otro detrás, algunos de civil y otros de uniforme”.
“De un momento para otro, supimos que nos íbamos. Nos recomendaron que no saliéramos de la casa, yo no nunca recuperé mi trabajo. Espero que esto no vuelva a suceder en este país. Quiero agradecerles infinitamente”, concluyó León.
“Era un tema de amor“
En la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal Criminal (TOCF) de Bahía Blanca, declaró sobre su secuestro, Raúl Ernesto Torres y dijo que “buscaban una carátula de un disco publicada en la señal de ajuste, se pasaba música para no hacer tan monótono la transmisión. Entraron desesperados. Era una imagen relacionada al Che Guevara y Fidel Castro: ‘Acá está el disco’, dijeron, y clausuraron la transmisión del cable”. El tema musical transmitido era Serenata del Soñador, que pertenecía al cantautor Neil Diamond, y al parecer fue utilizada en la película Che! protagonizada por el egipcio Omar Sharif. “Según la traducción, era un tema de amor”, aclaró Torres.
Y agregó: “Al llegar al Comando nos pusieron contra un paredón, pensábamos que nos iban a matar. Rodeados de militares con armas, nos sacaron fotos. Todas las tardes noches, aparecía uno que lo llamaban‘capitán’, con un perro manto negro, nos miraba, se burlaba de nosotros. En una ventana se asomaba él, y en otra ventanita se asomaba el perro”.
Sobre los interrogatorios a los que fue sometido, el entonces empleado del Canal 2 de TV de Viedma describió: “Cuando abrían la puerta de calabozo, me ponían la venda y me llevaban a una sala, recuerdo las hojas del piso. Parecían los quirófanos, una luz fuerte, me traslucía la venda. Los interrogatorios duraban dos o tres horas. Jugaban con uno. Preguntaban diez minutos continuos, luego silencio, parecía que no había nadie. Y luego empezaban de nuevo, las mismas u otras voces. Insistían, insistían”.
Luego de 20 días aproximadamente fue llevado a la comisaría de Viedma y liberado: “Me estaba por casar, cuando volví, mi suegro me dijo que era subversivo y no los vi más. Eso me costó mucho superarlo”, expresó Torres, que permaneció en libertad condicional hasta 1985.
“Fue lo más triste de mi vida. A uno le pueden hacer daños de todo tipo pero que digan que van a matar a mi familia y que me van a pasar para otro lado, fue terrible. Me pegaban con palabras, quizá hubiese preferido que me golpeen porque al golpe uno lo supera pero lo que van diciendo uno nunca lo supera”, finalizó Torres, visiblemente emocionado.
“Vi una mujer embarazada en el Gimnasio”
Luego fue el turno de Juan Antonio Fernández, conscripto en el Batallón de Comunicaciones 181 desde agosto de 1976 hasta mayo de 1977, integrante de la Compañía de Combate Mayor Keller. Actualmente ingeniero, soldados raso en aquellos años, en la audiencia describió las funciones de algunas secciones del regimiento y explicó que durante su conscripción, la agrupación realizaba operativos y guardias: “Recibí órdenes de Videla, Stel, Andrés y Gutiérrez. Los únicos como soldados que hacíamos guardia éramos los de la compañía Mayor Keller”.
Fernández declaró con seguridad: “Vi una mujer embarazada en el Gimnasio”. Vale la pena recordar que en este juicio se intenta saber qué ocurrió con María Graciela Izurieta y Graciela Alicia Romero, embarazadas al momento de su secuestro. Ambas continúan desaparecidas; sus hijos, nacidos en cautiverio, también.
“Durante un tiempo se hicieron operativos generales, como tomar una manzana, yo verificaba que no entrara ni saliera nadie. Se revisaba en las casas. Íbamos armados y teníamos que llevar el fusil cargado, con bala en la recámara. Recibíamos arengas sobre la existencia de una guerra en la que había que defenderse. Una vez hubo un operativo conjunto con la Armada y Prefectura Tres Arroyos: me tocó quedarme en la ruta, se paraba gente y miraban un listado, si figuraban en él, eran detenidos”.
Con respecto a lo que sucedía en el Batallón, Fernández dijo: “Vi detenidos, el Gimnasio se convirtió en Puesto Detenidos. En algún momento hubo 40 personas, varias veces me tocó hacer guardia. Cuando llegaban más presos, les sacaban fotos de frente y de perfil. A algunos los llevaban a otros lugares y los volvían a traer y a otros no los trajeron más”.
Antes de responder preguntas de las partes, el Ministerio Público Fiscal expuso un croquis del Batallón de Comunicaciones 181,y el testigo identificó diferentes sectores del regimiento. En referencia al Centro Clandestino de Detención y Tortura La Escuelita, reconoció que “se sabía de su existencia, aunque yo nunca fui. Nosotros suponíamos que los que se llevaban del Gimnasio, iban a La Escuelita. Todo el mundo lo sabía ahí adentro, no era una cosa que se ocultaba”.
“Tenía mucho miedo que me vuelvan a llevar”
Los 38 imputados en este debeta están siendo juzgados por delitos de secuestros, torturas, homicidios, desapariciones, robo de bebés y abusos sexuales cometidos contra 333 víctimas durante la dictadura cívico militar en el sur de la Provincia de Buenos Aires y la Patagonia.
Lilian Noemí Larrosa, estuvo secuestrada y fue víctima de abusos sexuales durante su cautiverio luego de haber sido detenida en septiembre de 1976 en el pueblo de Médanos. En este caso, la Fiscalía procedió a reproducir el testimonio de la sobreviviente que declaró en el juicio de lesa humanidad conocido como Causa Bayón el 18 de octubre de 2011.
“Nos empezaron a hacer trabajos psicológicos. Se preguntaban a quién matarían primero. Me cargaban, se burlaban, me manoseaban, me tocaban…era como todo mezclado, uno venía y me decía al oído: ´Quedate tranquila que no te va a pasar nada’, y venía otro y me manoseaba”, dijo Larrosa, en su testimonio sumado a la Mega Causa Zona V.
Sobre otro momento de su cautiverio, Lilian detalló: “Una madrugada me sacaron y me arrastraron hasta donde había un escritorio, me desnudaron y picanearon por todo el cuerpo, en los talones, en la vagina. ‘Te vamos a violar’ me decían y yo les pedía por favor que no lo hagan que ya demasiado me sentía violada con todo lo que me habían hecho”.
Aproximadamente, luego de 10 días, fue liberada junto a otras víctimas del partido de Villarino. Larrosa explicó que “tenía mucho miedo que me vuelvan a llevar. Es una situación que me marcó mucho, tengo secuelas muy graves, estuve prácticamente diez años sin salir de mi casa. Miraba hacia las esquinas porque pensaba que iban a venir por mí”.
Por último, conmovida expresó: “Me cambiaron el rumbo de mi vida, quería seguir una carrera. Se lo oculté a mis amigas, a mi esposo y a mis hijas. Es lo mismo que siente una persona cuando es violada, se siente culpable y trata de ocultar. Mi marido me dijo que tenía que ir porque me iba a hacer bien a mí y a los demás. Tardé en denunciar por mis secuelas”.
El juicio
La Subsecretaría de Derechos Humanos, a través de las abogadas Verónica Bogliano y Alejandra García, junto a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la agrupación H.I.J.O.S. Bahía Blanca, son querellantes en este juicio de lesa humanidad, el más grande en la historia de la provincia de Buenos Aires.
De los 52 imputados iniciales, 12 murieron y dos fueron declarados incapaces, Jesús Salinas y José María Martínez. La mayoría de ellos integraban el V Cuerpo de Ejército, cuya jurisdicción abarcaba el sur de la provincia de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y estaba compuesto, entre otros, por el Destacamento de Inteligencia 181, el Batallón de Comunicaciones 181, la Brigada de Infantería de Montaña VI de Neuquén y el Centro Clandestino de Detención y Tortura “La Escuelita” ubicado en Bahía Blanca.
Además, se juzgarán a dos oficiales de la Policía Federal de Viedma, a un miembro de la Policía bonaerense y al director de la Unidad Penitenciaria Nº 4 de Bahía Blanca, como así también las responsabilidades de un médico y un enfermero del Ejército.
El juicio continuará el jueves2 de junio a las 9 horas. El debate en Bahía Blanca se puede seguir de manera presencial en Lavalle y Chiclana con presentación del DNI o a través del canal de YouTube de la Subsecretaría de Derechos Humanos: www.youtube.com/derechoshumanospba
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