Este lunes, en la décimo tercera audiencia, se abordó el caso Pedro Luis Mazzochi. El tribunal anunció que se constituirá nuevamente en Tandil.
Juicio la Huerta-Tandil, Olavarría y Azul.
Luego de la feria de invierno, el Juzgado Federal retomó el debate por los delitos de lesa humanidad cometidos en el Centro de la Provincia de Buenos Aires. Al finalizar la jornada, el tribunal confirmó que el próximo 15 de septiembre realizará inspección ocular en el Centro Clandestino de Detención (CCD) conocido como “Chacra de los Méndez”, una propiedad de los hermanos Emilio y Julio Méndez actualmente acusados por complicidad. Mientras que el viernes 16 de septiembre se realizará la audiencia en el Aula Magna de la Unicen con la presencia de los jueces en Tandil.
Durante la jornada se presentaron 7 testigos que declararon sobre el secuestro, desaparición, tortura y asesinato del soldado conscripto Pedro Luis Mazzochi. A mediados de 1977, tenía 27 años y estaba cumpliendo con el servicio militar obligatorio en la Base Aérea Militar en Tandil porque había pedido prórroga para terminar sus estudios de Geología. Era militante político y social.
El 11 de julio de 1977, Mazzochi fue secuestrado a una cuadra de su casa por lo que sus padres se presentaron en la Base Aérea y fueron atendidos por Román Valdecantos, ex jefe de Operaciones de la Base Aérea Militar de Tandil, quien el 15 de julio les comunicó que el joven se encontraba detenido en el lugar.
Ese mismo día fueron a visitarlo a la sala de guardia y estaba esposado. Luego volvieron el 18 de julio pero no pudieron hablar con él por el estado de somnolencia en el que se encontraba. Finalmente, lo vieron por última vez el 29 de julio, estaba custodiado por personal armado, y al día siguiente les comunicaron que se había escapado. Román Valdecantos integra la nómina de 26 imputados en este proceso.
También declararon sus compañeros de la colimba. Lo apodaban “el viejo” porque era más grande que ellos y expresaron que era “buen pibe y compañero”. Juan José Sáez relató que fue quien lo asistió cuando llegó al predio militar “caminando desnudo, golpeado y con las manos esposadas”. Asimismo Carlos Tombolatto lo vio en sanidad y luego en los calabozos ubicados en la Jefatura de la Base y afirmaron que en aquella oportunidad les resultó raro que pudiera “escaparse en ese estado, de ese lugar”. Por su parte, Juan Carlos Pascuzzi dijo que “corrían muchos comentarios y que nunca más supieron de él”.
Entre el 11 y el 15 de julio se supone que Pedro Mazzochi estuvo detenido-desaparecido en el CCD La Huerta, donde fue torturado con fiereza, logró escaparse de ese lugar y por ello luego fue apodado “el fugitivo”. En un acto, hoy calificable como de extrema inocencia e ingenuidad, volvió a la Base Aérea para pedir socorro.
Con los testimonios de Isabel Fernández Blanco y Enrique Carlos Ghezan, ambos detenidos- desaparecidos sobrevivientes del terrorismo de Estado, la fiscalía ofreció pruebas del destino de Mazocchi. Durante su propio cautiverio, Enrique tuvo noticias acerca del paradero Mazzochi, quién fue visto por última vez en el CCD “La Cacha”. Con el retorno a la democracia, Isabel Fernández Blanco acompañó a la familia para denunciar los hechos frente a organismos de DDHH.
Y en 1998, tuvo que comunicar a los familiares que el Equipo de Antropología Forense había identificado los restos en un cementerio de zona oeste.
Por su parte, el profesor de historia Aníbal Daniel Zeballos, detalló el trabajo realizado por estudiantes para el programa Jóvenes y Memoria: “Pedro Mazzochi, dos veces desaparecido”, donde en formato audiovisual se recogen diversas voces, testimonios de familiares y amigos, para reconstruir la historia. Fue realizado en el 2010 por estudiantes de la EEM N° 2 y conforma la prueba documental de este juicio.
Por último, el suboficial retirado Gustavo Di Tella, ofreció un testimonio contundente sobre el posterior accionar de la fuerza. Relató que en 2004 se hizo público el testimonio ofrecido por Eduardo Santellán en los Juicios por la Verdad. Santellán confirmó que vio a Pedro Mazzocchi en la Base Militar Aérea de Tandil, en etado “deteriorado, con signos de torturas y golpeado”. Por ello, el alto mando de la Base ordenó quemar toda la documentación anterior a 1984. Declaró que quemaron el “cuaderno de soldados de la unidad”, el “libro de sanidad” y también ordenaron destruir los calabozos. Di Tella, a riesgo profesional y personal, pudo rescatar una carpeta con “comunicaciones” que la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires ofreció como prueba de los hechos.
La siguiente jornada se realizará el próximo lunes 29 de agosto desde las 11hs en la sala de Mar del Plata, con modalidad mixta: presencial y por plataforma zoom.
Nota realizada por Soledad Restivo (Agencia Comunica / RU 90.1/ UNICEN) en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)