Así lo expresó en su testimonio el periodista Carlos Saglul, durante la jornada de debate número 18.
Juicio la Huerta-Tandil, Olavarría y Azul.
Este viernes se realizó la 18° audiencia del Juicio La Huerta. La jornada comenzó con una hora y media de retraso. Como en cada oportunidad, estudiantes secundarios asistieron a la retrasmisión en el Aula de Magna de la UNICEN.
Esta vez, chicos y chicas de 6to años de la Secundaria 8, no pudieron presenciar la audiencia por el retraso en su comienzo. Sin embargo, conversaron sobre la importancia del proceso de memoria verdad y justicia con integrantes de la Mesa Local, Memoria por la vida en democracia y el Area de DDHH de la universidad.
Por otro lado, la modalidad mixta (virtual y presencial) adoptada por el tribunal puso en jaque la única declaración prevista para la fecha, con dificultades técnicas que causaron intranquilidad y demoras. En ese sentido, integrantes de la Mesa Memoria Verdad y Justicia de Tandil señalaron que “se notó que la disposición de los recursos que hace el tribunal para el acompañar a quienes testimonian en estas condiciones es pobre. Aquí somos conscientes, porque lo hemos experimentado que el Acompañamiento del Equipo es vital, sobre todo con el compromiso que se asumifo aquí, en la presencialidad. Los testigos rememoran situaciones dolorosísimas, no pueden hacerlo en soledad y haciéndose cargo de cuestiones técnicas”.
A través de zoom, y por espacio mediante un teléfono, Carlos Omar Saglul declaró que fue secuestrado de su casa en Barrio Terminal de Tandil el 1 de mayo de 1977. Tenía 18 años, era militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) y contó que en la organización había pasado a la clandestinidad porque la represión “ya había llevado y matado compañeros y compañeras en todo el territorio”. Las condiciones en la clandestinidad eran de mucha precariedad “antes que estar con hambre y en la calle volví a la casa de mis padres y ahí me agarraron”, expresó. Lo llevaron incomunicado a la Comisaría 1 donde recibió las primeras golpizas y torturas. Con una modalidad que fue declarado por otras víctimas y constituye una característica de como funcionó el sistema en esta ciudad, era trasladado a otro lugar para ser ferozmente torturado y luego devuelto al calabozo de la dependencia policial.
Por las descripciones que realizó, el lugar donde fue llevado inicialmente se trata de la Quinta de los Méndez. Uno de los hechos distintivos en aquel lugar fue que mientras “esperaban turno para la tortura” maniatados a una silla de metal y al aire libre se produjo un “gran revuelo y corridas”, entonces escucharon que “habían matado a alguien que intento escapar”. La referencia es con el asesinato del abogado laboralista Carlos Moreno, cuyo secuestro tortura y muerte fueron probados y juzgados en 2012.
Algunos días después fue trasladado al centro clandestino de detención “La Huerta”, donde permaneció por algunos meses. Describió la existencia de tres guardias en aquel lugar: una buena y accesible, una indiferente y otra que se caracterizaba por los terribles tormentos que infligía, “tenían un sadismo sofisticado”. Luego de pasar por penal de Azul, fue derivado la Unidad 2 de Sierra Chica, Finalmente, se dispuso su libertad vigilada. Carlos reconoció Héctor Alberto Mangudo en la comisaría. Recordó que su padre, uno de los socios de Diario El Eco, se entrevistó altos cargos de militares que garantizaron que estaba con vida. El exjefe de Personal del Área 121 Héctor Eduardo Bernadou, les reconoció que (los militares) habían detenido a Carlos.
A modo de pregunta final para cada testigo, la fiscalía consulta acerca del impacto de estos hechos, En lo personal “todos lo que yo quería están muertos” se lamentó Carlos. Pero también señalo que ha pesar de todo lo ocurrido “el plan económico que vino a implantar la dictadura sigue vigente y que son fueron los mismos poderosos que hoy ponen en riesgo la democracia”. La próxima audiencia fue convocada por el TOFC No 1 de Mar del Plata para el próximo 28 de octubre a las 8:30 hs.
Nota realizada por Soledad Restivo (Agencia Comunica / RU 90.1/ UNICEN) en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)