La audiencia número 45 se llevó a cabo con las indagatorias a tres imputados por crímenes de lesa humanidad. Como era de esperar, todos negaron los hechos por los que se los acusa.
Audiencia N° 45
Alejandro Duret, Daniel Ceresoli y Ricardo Arce son los tres imputados que brindaron declaración indagatoria el pasado viernes 17 de noviembre, frente al tribunal que lleva adelante el juicio por el Circuito Represivo Zona 12 en el centro de la provincia de Buenos Aires. Los tres negaron los hechos por los que se los imputa, que incluyen privación ilegítima de la libertad, torturas, robos y homicidios.
El juicio comenzó con la declaración de Alejandro Duarte, quien dijo ante todo que se solidarizaba con el pueblo de Israel y con “los que combaten a los terroristas”.
Duret es enjuiciado en su carácter de Jefe de Inteligencia (S2) entre febrero de 1976 y diciembre de 1977 y debía responder como coautor mediato penalmente responsable de los siguientes delitos: homicidio doblemente agravado de Alfredo Mario Thomas y José Luis Musmeci; privación ilegal de la libertad doblemente agravada por haber sido cometida con violencia contra Fernando Tulián Villegas, Carlos Orlando Labolita, Antonio Echevarría, y Hector Jorge Sampallo. También contra Jorge Acosta, Rodolfo Paskvan, Ana María Limpiedi, Graciela Toyos, José Antonio Tagliafico, Angel Sánchez, maría Ester Torres, Juan Roque Urraca, Hugo Saul Ferray, Alfredo Mario Thomas, Gustavo Garay, Luis Alberto Fanuchhi, Roberto Montenegro, Maria de las Nieves Alonso y Gladis D´Alessandro.
A estos casos se suman las detenciones de Gustavo Sobrero, Candido Alonso, Bernardo Delfino, Dardo Romanelli, Egidio Serafini, Hugo Urdaniz, Juan carlos Colombo, Juan Ratti, Ernesto Altamirano, Rafael Amicone, José Viegas y Miguel Vaccari.
La extensa acusación contra Duret incluye, además, las causas de tormentos agravados, robos y allanamientos ilegales.
En su declaración, Duret dijo que a 47 años de lo sucedido iba a revelar la verdad de los hechos y agradeció al tribunal la citación para poder declarar su “inocencia”. Así, expresó que “en defensa de mi inocencia, el justiciable espera justicia”.
Reconociéndose inocente de lo que se le acusa, Duret preguntó si sigue vigente el principio de inocencia hasta que se pruebe lo contrario . El militar retirado negó haber sido jefe de inteligencia y declaró que ha pasado “por un fuerte ataque sistemático y alevoso desde 1984 que se intensificó a partir del 2003”, por lo que exigió “nunca más terrorismo de estado”.
Ya terminando su declaración, citó medios de comunicación donde lo han mencionado y donde según él, comenzó a intensificarse la persecución. Hizo mención al cartel de Memoria, Verdad y Justicia catalogando “como Cartel de la amnesia, mentira e injusticia”. Duret finalizó su testimonio considerándose un perseguido político, de carácter ideológico.
El segundo en declarar fue Daniel Alfredo Ceresoli, de 71 años, quien se desempeñó como Cabo 1° del Grupo de Artillería blindado 1 de Azul. Debió responder como coautor directo, penalmente responsable de los delitos de homicidio doblemente agravado de Alfredo Mario Thomas, la privación ilegal de la libertad agravada por haber sido cometida con violencia y por tormentos, contra Thomas, Gustavo Garay y Luis Alberto Fanucchi.
Ceresoli decidió no contestar preguntas, aseveró que las acusaciones “son falsas” y negó los hechos que se le imputan. Además, se defendió al decir que “Fanuchi y Garay dicen que escuchan mi voz en calabozos en Azul, pero se equivocaron de persona” ya que, según sus dichos, él estaba en la Base Naval Azopardo. También quiso desacreditar el testimonio de Fanucchi al decir que éste ya se había equivocado con otras personas a quienes habia acusado.
Además, aseveró que “no hay nada en el expediente que indique que yo haya tenido que ver con la desaparición del soldado Thomas”.
Ricardo Arce fue el último en prestar declaración indagatoria. Fue Cabo 1°, Suboficial Conductor Motorista de la Batería Comando en el Grupo de Artillería Blindado 1 de Azul y está acusado de ser coautor directo de la Privación ilegal de la libertad agravada y homicidio hecho con alevosía, en perjuicio de José Luis Musmeci.
En este caso respondió algunas preguntas de la fiscalía, pero siempre negó los cargos y argumentó que era un simple trabajador que se dedicaba “al mantenimiento de vehículos que eran parte del parque automotor. Yo no formaba parte de otro tipo de decisiones”.
José Luis Musmeci había ingresado en 1975 a la facultad de Arquitectura de Mar del Plata. En abril de 1976 fue dado de alta como soldado conscripto e incorporado a la Batería “Comando Tuyutí” del GABL 1 “Coronel Chilavert” de Azul. El día 2 de septiembre de 1976, a las 21 salió del Regimiento por orden de una Oficial hacia el domicilio de Arce, para hacer un mandado. Pero nunca regresó.
La estrategia de Arce fue decir que “mucha gente desertaba” y que por eso a él no le resultó extraño que el soldado no volviera. Sin embargo, hay testigos que indican que el soldado Musmeci se sentía cómodo y que dejó sus pertenencias en el lugar. No había indicios de deserción.
El tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta el 24 de noviembre. Los acusados de delitos de lesa humanidad tuvieron la oportunidad de ser escuchados, en el marco de la ley. Más de 40 años después de los delitos imputados, quizás haya una leve luz de justicia.
Nota realizada por Agencia Comunica / RU 90.1/ UNICEN en el marco del convenio entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN)