Breve relato de los hechos

El día anterior a su desaparición, a Bertoni le informaron que había una señora (Mabel Celina Alonso), en San Justo, con gente de las fuerzas de seguridad en su casa. Con sus compañeros de militancia decidieron que él fuera al lugar para ver qué pasaba; desconociendo que, además de haber ido por el marido de la mujer, los oficiales lo buscaban a él. Bertoni llegó a la casa con la excusa de revisar a la mascota, ya que era veterinario, pero al atenderlo la mujer le hizo gestos con la cara tratando de comunicarle la situación y él logró escapar. Esta mujer fue secuestrada y tras ser torturada, reveló la dirección del lugar de trabajo de la víctima, pensando que él no iría por lo sucedido la noche anterior. Consecuentemente, al día siguiente, 2 de septiembre de 1977, un grupo de personas llegó a la veterinaria de calle Canning en donde trabajaba, diciendo que lo buscaban por un tema de drogas y lo llevaron detenido. La familia, que se había enterado del episodio por los dueños de la veterinaria, realizó varios trámites para dar con su paradero. Primero fueron a la comisaría de la zona. Allí les informaron que el día anterior habían dejado el área liberada y que hubo un operativo conjunto entre la policía federal y las fuerzas militares. Entonces presentaron tres habeas corpus en total, como también, denuncias ante organismos internacionales y ante la A.P.D.H. Finalmente se enteraron que lo habían llevado al Vesubio porque su esposa recibió un llamado de Mabel Alonso, quien le expresó que, durante su cautiverio, los militares le habían dicho que habían agarrado al “colorado”. El día de hoy Bertoni continúa desaparecido.